No puedo dejar Attack On Titan

Es que lo amo. Pero lo odio. Pero lo amo. Pero lo odio…

Si mal no recuerdo, fue por allá del 2013 cuando tres cuartas partes de mis compañeros de trabajo hablaban de Atack on Titan, la nueva serie que estaba causando furor. Creo que ya había terminado la primera temporada, cuando me animé a verlo. Me atrapó por completo. Si bien, detesto a Eren porque es el clásico protagonista genérico chillón con muchos issues y drama, la historia me pareció buena, los personajes se complementan bien unos con otros, son atractivos, y el rollo de titanes tragando gentecita se me hizo original, así como la manera en que los combatían.

Vi toda la segunda parte de la primera temporada, y también me gustó… pero ya no tanto como la primera. De alguna manera, tenía la sensación de que ya sabía para dónde iba todo. Sin embargo, toda la parte donde pelean contra la titán mujer estuvo fantástica, fueron muchos capítulos de acción, intriga, emoción, y claro, de Levi.

La calidad de la animación de este anime es innegable, algo que se agradece mucho hoy en día con los estudios trabajando a marchas forzadas para tener un capítulo a la semana. Attack on Titan no tiene ese problema, se toma su tiempo para entregar una animación impecable. A raíz del fanatismo, vi las ovas de Levi. Y después compré el manga de Panini. Religiosamente, mes con mes, buscaba como poseída cada tomo (empecé a coleccionarlo cuando iba publicado el 9). El dibujo no es muy bueno hablando de la ejecución, con perspectivas extrañas, anatomía no tan exacta, pero a veces impresiona con los detalles alrededor y las texturas con ashurado. Pero la historia fue bajando, bajando…

La trama se desarrolló lenta, tomó un giro “inesperado”, pero de alguna manera no sorprendía. Los misterios de la historia no son tan intrigantes y algunas soluciones parecen muy sacadas de la nada. Los personajes están bien, algunos se vuelven entrañables, hay otros de los que no lamentas su pérdida porque no generan empatía, pero creo que lo más importante en esta decadencia es que, mientras el resto de los personajes evolucionan y aprenden, el único que se queda igual, es Eren.

Piénsenlo, realmente no se siente que haya aprendido NADA en todo lo que va de la historia. Otros personajes, como Mikasa, Armin, Erwin, Hange, todos tienen experiencias que han complementado a sus vivencias y los han hecho mejores personajes a lo largo de las temporadas. EXCEPTO A EREN, que sigue aferrado a su pasado, su pseudo trauma, sin poder cuidarse de sí mismo, en fin. El giro que involucra a Krysta/Historia e Ymir me parece mucho más interesante que lo que sea que sienta Eren. Otra cosa que considero que le hace mucha falta a esta serie, es humor. No necesariamente gags cómicos o chibis, para lo cual creo que hicieron la serie donde todos son super deformed y según van a la escuela, pero en la serie regular es necesario un alivio cómico. Cualquier manga no puede ni debe ser completamente serio, algo que Shingeki tiene de sobra, un ambiente de solemnidad y tensión que no da descansos a su público. Finalmente, no creo que cambie mucho la manera en que se desenvuelve la historia, y quizá ya esté cerca de su final.

Y, aún así, no puedo dejar de verla .

No puedo dejar de comprar el manga, no puedo dejar de comprar cartitas de TCG, no puedo dejar de ir los eventos especiales que organizan al respecto de dicha serie, hasta tengo mi capa verde para la lluvia.

¿Qué me has hecho, Shingeki?

Este anime tiene una graaaan fanbase, y elementos espectaculares que siguen captando la  atención de su público. Y yo no he podido zafarme. No sé si es la esperanza de que algo cambie, o que ya se siente cerca el final, pero el chiste es que aquí sigo, a la expectativa de lo que sea que vaya a suceder en esta serie. Su universo ha generado spin offs, montón de mercancía, videojuegos y hasta una atracción temática en el parque Universal Studios de Osaka, que hubiera dado lo que fuera por visitar (excepto los miles de pesos que no tenía en ese momento para el viaje).

Hace un par de meses, Cinemex tuvo un maratón de las dos películas live action de Attack on Titan. Fui a verlas, aunque con la mentalidad de que es difícil que una película live action de un anime satisfaga las expectativas de los fans. Los efectos visuales de estas películas son muy muy buenos, convincentes y espectaculares, y la historia… no sé cómo sentirme con respecto la historia. No tiene mucho que ver con la trama de los personajes originales, pero mete todo en un contexto post apocalíptico; incluso hay maquinaria de guerra en vez  de los caballos de los regimientos especiales (buena técnica para no tener que renderear tanto caballo especial); Mikasa y Eren son novios, Levi no existe y en vez de ello ponen a un prodigio rebelde llamado Shingashina, quien es el precursor del golpe de estado para acabar con la humanidad. Debo decir que, si fuera una historia independiente, no estaría mal… de hecho, siendo honesta, no está nada mal, no puedo decir que está mejor o peor que el anime, de verdad se le puede dar una oportunidad como una historia aparte.

Creo que no seré capaz de dejarla hasta saber su conclusión definitiva, la cual se siente más cercana en el manga. El anime mantuvo la excelente calidad en la segunda temporada, pero fue bastante corta en comparación con las anteriores; además, agregaron cosillas que no pasan en el manga, extendiendo el periodo de duración de esos capítulos. Ahora habrá que esperar otro año para ver más capítulos de la exitosa serie, la titanmania nos va a durar mucho rato. Me gusta, y ahí seguiré hasta donde nos dé la historia. Tanto, que iré este fin de semana al maratón de películas de Cinépolis.


Imágenes:

Shingeki no kyojin (2009) Hajime Isayama

Atracción Attack on Titan Universal Studios Japan (2015), recuperada de Revista Asia

Attack On Titan: End of the World (2015), Dir. Tetsuya Nakashima

Es que lo amo. Pero lo odio. Pero lo amo. Pero lo odio…

Si mal no recuerdo, fue por allá del 2013 cuando tres cuartas partes de mis compañeros de trabajo hablaban de Atack on Titan, la nueva serie que estaba causando furor. Creo que ya había terminado la primera temporada, cuando me animé a verlo. Me atrapó por completo. Si bien, detesto a Eren porque es el clásico protagonista genérico chillón con muchos issues y drama, la historia me pareció buena, los personajes se complementan bien unos con otros, son atractivos, y el rollo de titanes tragando gentecita se me hizo original, así como la manera en que los combatían.

Vi toda la segunda parte de la primera temporada, y también me gustó… pero ya no tanto como la primera. De alguna manera, tenía la sensación de que ya sabía para dónde iba todo. Sin embargo, toda la parte donde pelean contra la titán mujer estuvo fantástica, fueron muchos capítulos de acción, intriga, emoción, y claro, de Levi.

La calidad de la animación de este anime es innegable, algo que se agradece mucho hoy en día con los estudios trabajando a marchas forzadas para tener un capítulo a la semana. Attack on Titan no tiene ese problema, se toma su tiempo para entregar una animación impecable. A raíz del fanatismo, vi las ovas de Levi. Y después compré el manga de Panini. Religiosamente, mes con mes, buscaba como poseída cada tomo (empecé a coleccionarlo cuando iba publicado el 9). El dibujo no es muy bueno hablando de la ejecución, con perspectivas extrañas, anatomía no tan exacta, pero a veces impresiona con los detalles alrededor y las texturas con ashurado. Pero la historia fue bajando, bajando…

La trama se desarrolló lenta, tomó un giro “inesperado”, pero de alguna manera no sorprendía. Los misterios de la historia no son tan intrigantes y algunas soluciones parecen muy sacadas de la nada. Los personajes están bien, algunos se vuelven entrañables, hay otros de los que no lamentas su pérdida porque no generan empatía, pero creo que lo más importante en esta decadencia es que, mientras el resto de los personajes evolucionan y aprenden, el único que se queda igual, es Eren.

Piénsenlo, realmente no se siente que haya aprendido NADA en todo lo que va de la historia. Otros personajes, como Mikasa, Armin, Erwin, Hange, todos tienen experiencias que han complementado a sus vivencias y los han hecho mejores personajes a lo largo de las temporadas. EXCEPTO A EREN, que sigue aferrado a su pasado, su pseudo trauma, sin poder cuidarse de sí mismo, en fin. El giro que involucra a Krysta/Historia e Ymir me parece mucho más interesante que lo que sea que sienta Eren. Otra cosa que considero que le hace mucha falta a esta serie, es humor. No necesariamente gags cómicos o chibis, para lo cual creo que hicieron la serie donde todos son super deformed y según van a la escuela, pero en la serie regular es necesario un alivio cómico. Cualquier manga no puede ni debe ser completamente serio, algo que Shingeki tiene de sobra, un ambiente de solemnidad y tensión que no da descansos a su público. Finalmente, no creo que cambie mucho la manera en que se desenvuelve la historia, y quizá ya esté cerca de su final.

Y, aún así, no puedo dejar de verla .

No puedo dejar de comprar el manga, no puedo dejar de comprar cartitas de TCG, no puedo dejar de ir los eventos especiales que organizan al respecto de dicha serie, hasta tengo mi capa verde para la lluvia.

¿Qué me has hecho, Shingeki?

Este anime tiene una graaaan fanbase, y elementos espectaculares que siguen captando la  atención de su público. Y yo no he podido zafarme. No sé si es la esperanza de que algo cambie, o que ya se siente cerca el final, pero el chiste es que aquí sigo, a la expectativa de lo que sea que vaya a suceder en esta serie. Su universo ha generado spin offs, montón de mercancía, videojuegos y hasta una atracción temática en el parque Universal Studios de Osaka, que hubiera dado lo que fuera por visitar (excepto los miles de pesos que no tenía en ese momento para el viaje).

Hace un par de meses, Cinemex tuvo un maratón de las dos películas live action de Attack on Titan. Fui a verlas, aunque con la mentalidad de que es difícil que una película live action de un anime satisfaga las expectativas de los fans. Los efectos visuales de estas películas son muy muy buenos, convincentes y espectaculares, y la historia… no sé cómo sentirme con respecto la historia. No tiene mucho que ver con la trama de los personajes originales, pero mete todo en un contexto post apocalíptico; incluso hay maquinaria de guerra en vez  de los caballos de los regimientos especiales (buena técnica para no tener que renderear tanto caballo especial); Mikasa y Eren son novios, Levi no existe y en vez de ello ponen a un prodigio rebelde llamado Shingashina, quien es el precursor del golpe de estado para acabar con la humanidad. Debo decir que, si fuera una historia independiente, no estaría mal… de hecho, siendo honesta, no está nada mal, no puedo decir que está mejor o peor que el anime, de verdad se le puede dar una oportunidad como una historia aparte.

Creo que no seré capaz de dejarla hasta saber su conclusión definitiva, la cual se siente más cercana en el manga. El anime mantuvo la excelente calidad en la segunda temporada, pero fue bastante corta en comparación con las anteriores; además, agregaron cosillas que no pasan en el manga, extendiendo el periodo de duración de esos capítulos. Ahora habrá que esperar otro año para ver más capítulos de la exitosa serie, la titanmania nos va a durar mucho rato. Me gusta, y ahí seguiré hasta donde nos dé la historia. Tanto, que iré este fin de semana al maratón de películas de Cinépolis.


Imágenes:

Shingeki no kyojin (2009) Hajime Isayama

Atracción Attack on Titan Universal Studios Japan (2015), recuperada de Revista Asia

Attack On Titan: End of the World (2015), Dir. Tetsuya Nakashima

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